informes, Medicina Tradicional China, Qi Gong

Los diferentes tipos de Qi Gong

• Qi Gong culto: Los estilos de éstos métodos fueron desarrollados por los eruditos, resaltan la neutralidad emocional, una mente sana y una circulación de Qi constante.
• Qi Gong médico: Esta categoría fue creada por los médicos chinos, elaboraron ejercicios para que el Qi circule por lugares específicos a fin de curar problemas concretos, poniendo en movimiento el Qi patógeno.
• El Qi Gong marcial: ésta categoría se especializa en proporcionar a los cuerpos físico y energético, un estado mas vigoroso favoreciendo las mejores condiciones para realizar combate.
• El Qi Gong religioso: Fue desarrollado por monjes Budistas y taoístas; el objetivo era el de llenar los doce canales con Qi y lograr la iluminación a partir de dirigir el Qi al cerebro elevando el Shen.

Un día en que Lao Zi llevaba mucho tiempo sentado e inmóvil, bajo un árbol, sus discípulos intrigados le preguntaron:
Maestro ¿Qué haces?
Lao Zi respondió
-Practico Qi Gong.
-¿Y qué es Qi Gong?, quisieron saber ellos.
-Simplemente estar en armonía con la naturaleza- les contestó.

“XING MING SHUANG XIU”
“El espíritu y el cuerpo son dos cosas que hay que ejercitar”

GRUPOS ANALÓGICOS
YANG Cielo Hombre

YIN Tierra Mujer

• El Yin y el yang son indisociables
• El cielo y al tierra están en el origen de todos los seres
• Lo masculino es inseparable de lo femenino

La Finalidad del Yi Jing Jin

• Fortalecer el cuerpo débil.
• Proporcionar salud a un cuerpo enfermo
• Regular el Qi del cuerpo energético.
• Promover el Wei Qi o la energía defensiva del cuerpo.

Objetivos del entrenamiento

• Abrir los canales del Qi y mantener los niveles correctos en los doce canales primarios.
• Promover el nivel de Qi necesario para practicar el lavado de la médula cerebro.
• Abrir los canales superficiales (fu luo) para mantener en buen estado los músculos y la piel.

LOS TRES TESOROS

Jing es la concentración Qi es la circulación, shen es el “efecto maravilloso”.

YI JIN XI SUI JING

El gran monje budista hindú Da Mo (Bodhidarma en sánscrito) es considerado en China el fundador, alrededor del año 500 de nuestra era, de la escuela del Dhyána o de la Contemplación. En China, a esta escuela se la conoce con el nombre de Chan, mientras que en Japón se la llama Zen. Según la leyenda, el monje Da Mo realizó la proeza de permanecer durante nueve años meditando frente a un muro.
Cuando Da Mo se desplazó al célebre templo de Shaolin para enseñar allí el Dharma, es decir, la doctrina budista, se percató de que los monjes de aquel templo permanecían sentados, en la posición del loto, desde el amanecer hasta la noche, lo que comportaba un debilitamiento de la energía y de la sangre, y el deterioro de su estado general de salud, particularmente en lo concerniente a las articulaciones.
Da Mo tomó entonces la iniciativa de solicitar la colaboración de todos aquellos monjes para redactar un manual de mantenimiento físico. Este manual se titulaba Yi Jin Jing o Clásico sobre la relajación. En él se prescribía cierto número de movimientos de rotación, extensión, torsión, flexión, posición en cuclillas, inclinación y enderezamiento del cuerpo, destinados a mejorar la condición física, aumentar el tono muscular, reforzar el esqueleto y flexibilizar las articulaciones.
Según la opinión de Da Mo, la mejora de la condición física de aquellos monjes que habían permanecido sentados durante años en sus grutas, con las piernas cruzadas y meditando, supondría también una mejora de su estado espiritual, que les permitiría profundizar mejor en el estudio del Dharma.
Con el tiempo, los bonzos de Shaolin aumentaron el número de aquellos ejercicios físicos, añadiéndoles el manejo de armas y las artes de combate. De este modo y con independencia de sus efectos benéficos sobre la salud, la práctica de estos movimientos llevó a los monjes de Shaolin a convertirse en pioneros indiscutibles de las artes marciales.
Los ejercicios físicos que trataré aquí se enseñaban únicamente en el interior de los templos budistas, donde se transmitían oralmente de maestro a discípulo. Fueron necesarios más de mil años para que estos movimientos fueran anotados con detalle. Hubo aún que esperar a que el sacerdote taoísta Zi Yi, del monte Tian Tai, recopilara aquellas series de ejercicios y las ordenara.
Entre otros aportaciones, Zi Yi combinó esos ejercicios con los que practicaban las escuelas taoístas Dao Yin, Tu Na y Xing Qi. Todo ello dio como resultado otro texto clásico: Xi Sui Jing, es decir, Purificación de la médula. Este texto complementa en cierto modo al clásico Yi Jin Jing, redactado en otros tiempos a iniciativa de Da Mo. La reunión de ambas obras en una sola constituye el Yi JinXi Sui Jing, que consta de dos veces seis series de movimientos.
Los seis primeros capítulos corresponden al Yi Jin Jing, en cuyo título Jin significa «músculo» y Yi corresponde a la idea de transformación, de mejora, de liberación o de decontracción. Nuestros ante-pasados decían: «Yi Jin Zhe, Yi Qiang Qi Wai» es decir («Quien flexibiliza sus músculos, fortifica la parte externa de su cuerpo»).

En efecto, quien mejora su condición física puede conseguir que su fragilidad se transforme en robustez, que su timidez deje paso a la seguridad en sí mismo y que su debilidad se convierta en fuerza.
Los seis últimos capítulos corresponden al Xi Sui Jing, acerca del cual nuestros antepasados decían: «Xi Sui Zhe, Yi Qing Qi Nei» («Quien purifica su médula, purifica la parte interior de su cuerpo»). No es cuestión, por supuesto, de tomar estas palabras lite-ralmente, puesto que no se trata en realidad de purificar la médula, sino de conseguir que la fuerza y la energía penetren profundamente en el cuerpo, que lleguen a la circulación sanguínea, a los meridianos, a las vísceras, y que, finalmente, lleven el Qi y la sangre a la cabeza, que nutran el cerebro y regulen el reloj biológico, es decir, la hipófisis.
Las dos series de ejercicios que describimos aquí nos enseñan que la fortificación del exterior y la purificación del interior del cuerpo deben considerarse como dos aspectos de un único gran método, destinado a la unificación de la materia con el espíritu. Asimismo y como acabamos de ver, este método es el resultado de la combinación de sistemas preconizados por maestros budistas y taoístas. En los templos, los monjes y las monjas, tanto budistas como taoístas, han sacado de él el máximo provecho. Solían decir:«La práctica de este método durante un año devuelve la vitalidad física y mental; el segundo año mejora la circulación sanguínea y nutre los meridianos; el tercer año flexibiliza los músculos y nutre las entrañas; el cuarto año mejora los meridianos y nutre las vísceras; el quinto año purifica la médula y nutre el cerebro».

Las principales especificaciones de este método son cinco:

• Quietud
Los ejercicios propuestos requieren quietud, de otra forma no es posible hacer penetrar en uno mismo la energía natural, escuchar los sonidos de la naturaleza y apreciar sus colores… Cuando el agua del lago está en calma, refleja la imagen de la Luna de forma nítida y clara. Cuando el espíritu está en calma, la energía natural puede penetrar permanentemente en el cuerpo.

• Lentitud
La práctica de estos movimientos debe estar impregnada por la lentitud, sólo así es posible flexibilizar a fondo los músculos y las articulaciones, y permitir que el Qi y la sangre circulen por el cuerpo. Para lograr la extensión, el desarrollo y la relajación, tanto de los músculos como de los tendones, la lentitud constituye la principal condición a observar, la base fundamental de todo el método.

• Extensión
En cada movimiento, todos los tendones y todas las articulaciones deben ser, sin excepción alguna, estirados al máximo.

• Pausa
Una extensión máxima debe mantenerse durante cierto tiempo para aumentar la eficacia de la extensión, permitiendo liberar una energía mayor en el momento de la relajación.

• Flexibilidad
Las extremidades y el tronco deben ser flexibles y estar distendidas. El objetivo es que la sangre circule sin obstáculos y que el Qi penetre profundamente en el cuerpo, donde su acción es comparable a la de una esponja que absorbiera el agua. Nuestros .antepasados decían: -Gu Zhen Jin Rou, Qi Xue Caí liu, Jiu Shi Dao ti» («En verdad, la rigidez de los huesos y la flexibilidad de los músculos favorecen la libre circulación de la energía y de la sangre»).

APLICACIÓN

Preparación
Aquietar el espíritu: pies juntos, puños cerrados con el pulgar en el centro de la palma de la mano. Aguardar a que se forme la saliva, deglutirla y hacerla bajar hasta el Dan Tian inferior. La punta de la lengua contra el paladar.

1. Preparar la ofrenda al Cielo (Wei Tuo Xian Cbu Di Yi Sbi)
Este movimiento conduce la energía a las manos y el pecho.

• Separar el pie izquierdo, manteniendo los pies paralelos.
• Levantar los brazos lateralmente hasta la altura de los hombros, adelantar las manos orientadas una hacia la otra, con las palmas hacia el pecho.
• Llevar la mirada a las manos.
• Respiración natural. Concentración: esperar que llegue la energía a las manos.

2. La ofrenda se despliega bacía el Cielo (Wei Tuo Xian Cbu Er Sbi)
Este movimiento de apertura del pecho establece la comunicación con el Cielo y estira los tendones.

• Llevar los codos hacia el cuerpo y avanzar las manos, espirando. Abrir acto seguido ampliamente las manos hacia el Cielo inspirando mientras se eleva la mirada.
Concentración: imaginar que se está sosteniendo una ofrenda muy pesada.

3. Depositar la ofrenda a la puerta del Cielo (Wei Tuo Xian Di San Cbi)

• El cuerpo y el espíritu entran en comunicación con el Cielo, en un movimiento de estiramiento extenso de los tendones.
• Llevar las manos cerca de las orejas, con las palmas hacia adelante girando las muñecas.
Empujar luego con las manos hacia el Cielo espirando.
Concentración: imaginar que las manos atraviesan el Cielo.

4. Guiar el curso de las estrellas para iluminar el espíritu (Zbai Xing Huan Dúo Sin)Este movimiento estira los tendones en torsión.

• Colocar la mano izquierda sobre la espalda, con la palma mirando hacia atrás, girando la cabeza hacia la izquierda. La mano derecha acompaña el movimiento de rotación dirigiéndose hacia arriba, como si quisiera recoger una estrella y llevarla ante la frente.
• Con la mano delante de la frente, mano y cabeza continúan el movimiento hacia la derecha, seguidas del resto del cuerpo, hasta que éste haya girado al máximo hacia la derecha.
• Invertir la posición de las manos: la derecha se coloca a la espalda y la izquierda recoge estrellas.
• Describir entonces el movimiento en el sentido contrario (de derecha a izquierda).
• Efectuar tres veces toda la serie de movimientos.
• Respiración natural.
Concentración: la estrella de la mano ilumina la frente para encender el espíritu.

5. Los nueve bueyes tiran del arado (Jiu Niu Geng Di Sbi)Este movimiento concentra la fuerza en los tendones después del estiramiento.

• Partir de la posición final del movimiento precedente (mano izquierda hacia las estrellas y mano derecha en la espalda, cuerpo girado a la izquierda).
• Bajar la mano izquierda llevando el pie derecho, apoyado sobre su punta, hacia el pie izquierdo.
• Cada mano pasa por debajo de su correspondiente axila, la mano derecha de delante hacia atrás y la izquierda de atrás hacia adelante.
• Girar el cuerpo hacia la derecha, apoyar el pie derecho adelantando la mano derecha abierta; la mano izquierda apunta hacia atrás como la cola de un buey
Respiración: inspirar cuando las manos pasan por debajo de las axilas. Espirar al adelantar la mano derecha.
Concentración: imaginar la mano derecha como la reja del arado, que abre el surco en plena Tierra.
• Flexionar las rodillas apretando los puños.
• Llevar el cuerpo al eje de partida, con la mano derecha abierta a la altura de la cabeza. Abrir la mano izquierda, llevan-do el pie izquierdo, apoyado sobre su punta, hacia el pie derecho.
• Repetir el mismo movimiento hacia la izquierda y efectuar toda la serie tres veces a la derecha y tres a la izquierda.

6. Comprobar la pro pía fuerza haciendo temblar la montaña (Tiu San Si Li Cbi)
Este movimiento aumenta la fuerza de los tendones.

• Volver a la posición inicial, con los pies separados a la misma distancia que los hombros.
• Adelantar las manos abiertas y elevarlas hacia el Cielo. Luego cerrar los puños y llevarlos a las caderas, orientados hacia adelante.
• Subir los puños hacia el pecho inspirando, abrir las manos hacia adelante y empujar espirando.
• Colocar de nuevo los puños en las caderas inspirando y repetir dos veces el movimiento. Volver a la posición inicial.
Concentración: reunir toda la fuerza en los puños para empujar la montaña.

7. Colocar tres platos sobre el suelo (San Pan Luo Di Shi)
Este ejercicio moviliza la médula espinal.

• Separar ampliamente el pie izquierdo hacia la izquierda. Flexionar las rodillas para bajar tanto como sea posible.
• Levantar los brazos, con las manos abiertas y las palmas hacia abajo por encima de las rodillas, con los brazos arqueados.
Observación: los tres platos están representados por los brazos, las manos y los pies.
• Girar lentamente la cabeza, primero hacia la izquierda y luego hacia la derecha, estirando el cuello. Retornar la cabeza al eje del cuerpo y realizar con ella un movimiento de traslación, separándola lentamente y volviéndola rápidamente a su posición central.
• Repetir todo el movimiento hacia la derecha.
Respiración: natural. Concentración en la mirada.

8. Desenvainar el sable y ahuyentar a los fantasmas (Ba Ma Dao Zan Gui Sbi)
Este movimiento hace salir las energías negativas de las
profundidades en las que se encuentran.

• Volver a la posición inicial. Levantar las manos, girar el cuerpo a la izquierda con la mano izquierda a la espalda. La mano derecha pasa por detrás de la nuca y atrapa el lóbulo de la oreja izquierda.
• Sin desplazar las manos, girar cabeza y cuerpo lo más que se pueda hacia la derecha. Volver al centro. La mano derecha desenvaina entonces el sable (¡imaginario, por supuesto!) que se encuentra en la espalda y con dos mandobles al frente en diagonal, trocea a los fantasmas (¡igualmente imaginarios!)
• Repetir todo el movimiento por el otro lado.
Respiración: inspirar antes de desenvainar y espirar profundamente.
Concentración: los ojos siguen el movimiento del sable.

9. .El dragón azul saca las uñas (Qing Long Tan Z,buo Shi)
Este ejercicio moviliza la médula.

• Regresar a la posición inicial.
• Separar ampliamente el pie izquierdo con un gran paso lateral Elevar las manos hacia adelante, con las palmas hacia el Cielo. Llevar luego las manos hacia las caderas, orientadas hacia adelante. Subir el puño derecho hasta la altura del pecho.
• Abrir acto seguido la mano en forma de garra y adelantarla, girando al mismo tiempo hacia la izquierda.
• Llevar la mano derecha detrás de la cabeza y dar un zarpazo hacia adelante, girando la cabeza hacia la derecha. El movimiento se efectuará inspirando.
• Colocar de nuevo el puño en la cadera.
• Repetir el mismo movimiento hacia la derecha. Realizar un total de tres movimientos a cada lado.
Respiración: inspirar al llevar el puño hacia el pecho; espirar al dar el zarpazo.
Concentración: en el movimiento del cuerpo y de la mano, que ondulan como un dragón.

10. El tigre agresivo sale de la montaña (Meng Hu Chu San Sbe)
Este movimiento estira la médula y los tendones.

• Regresar a la posición inicial.
• Separar el pie izquierdo y abrir lateralmente los brazos.
• Bajar las manos hasta ponerlas sobre el suelo, a ambos lados del pie izquierdo. Es la postura del tigre: pierna derecha estirada, espalda horizontal y cabeza levantada.
• Replegarse hacia atrás sobre la pierna derecha y luego estirarse al máximo hacia adelante.
• Repetir el mismo movimiento sobre la derecha.
Respiración: inspirar al retroceder; espirar por la boca al estirarse.
Concentración: el tigre atrapa a su presa.

11. Inclinarse (Da Gong Shi)
Este movimiento hace circular la energía a lo largo del eje sacro craneal.

• Regresar a la posición inicial.
• Separar el pie izquierdo a la distancia de los hombros. Elevar ampliamente las manos y colocarlas tras la nuca.
• Estirar la espalda inclinándose hacia adelante hasta que la parte superior de la cabeza mire hacia el suelo.
• Elevarse y repetir el movimiento dos veces.
Concentración: sobre el movimiento de flujo y reflujo de la energía a lo largo del eje cerebroespinal.

12. Prosternarse (Kou Tou Tao Wei Sbi)
Este movimiento purifica el interior y refuerza el exterior.

• Regresar a la posición inicial.
• Dar un gran paso lateral con el pie izquierdo.
• Con un movimiento lateral ascendente de los brazos, dirigir las palmas de las manos hacia el Cielo.
• Inclinarse estirando la espalda hacia adelante, con los brazos en prolongación de la misma, hasta que las palmas de las manos descansen sobre el suelo, delante de los pies. La cabeza sigue entonces este movimiento hasta el suelo, con la parte superior del cráneo mirando hacia abajo.
• Enderezarse comenzando por la cabeza. Luego los brazos se elevan por los costados hacia el Cielo, mientras que el tronco se endereza.
• Repetir el movimiento tres veces.
Respiración: natural.
Concentración: limpiar la médula en profundidad.

Inti
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